Acaba 2020 y empieza un año nuevo, es el tiempo de los propósitos para el año que entra; así que creamos listas o registramos en la mente todo aquello que queremos hacer pero que hasta ahora no hemos encontrado el tiempo: mejor alimentación, actividad física, estudios….

Todo esto está muy bien pero la experiencia dice que estos buenos propósitos se van diluyendo conforme va pasando el tiempo. Así que hoy vengo a hablarte del valor de “ponerse”.

“Ponerse” no es hacer ejercicio un día o una semana y después estar reventado y no poder continuar porque hace frío o me duele el cuerpo. “Ponerse” es saber que estoy en baja forma, que posiblemente después de un día de ejercicio estaré echo polvo, pero que me recuperaré más o menos y podré volver a continuar con ello con dificultades.

“Ponerse” no es pensar que en un mes voy a recuperar lo que no he hecho en un año. Es saber que tengo hábitos antiguos, que me gustan porque me resultan fáciles o placenteros, pero que no me van bien en estos momentos. “Ponerse” es saber que cambiar hábitos es muy difícil porque van asociados a emociones, recuerdos y sensaciones y aún así estar atento y cuando falle volver a intentarlo una y otra vez.

“Ponerse” no es escribir lo que quiero conseguir en la cabeza de una lista. Es saber que hasta ahora eso que quiero conseguir no ha estado entre mis prioridades y no va a estarlo ahora por arte de magia. “Ponerse” es saber que voy a tener que negociar y renegociar un montón de veces con mis actividades y responsabilidades, asumir que voy a necesitar un esfuerzo extra y comprometerme a buscar la atención y energía que requiere.

Te deseo un año nuevo lleno de nuevos propósitos, voluntad, fuerza, capacidad de negociación y amor. Y que si no consigues lo que quieres que te trates con mucho amor y paciencia.