No se puede empujar al río…
Sí, no podemos forzar lo que ya fluye con su propio ritmo, pero nos empeñamos en presionar las situaciones y los tiempos. Empujamos al río constantemente y la realidad es que no avanzamos más rápido.
¿No te ha pasado a ti que te has empeñado en conseguir algo y cuando lo has conseguido finalmente te has dado cuenta que quizás no era lo que necesitabas en ese momento o que mantenerlo implica un desgaste importante para el que no estás preparada?
Las cosas llegan en su momento y todo tiene su tiempo y su ritmo. No se puede empujar al río porque fluye como debe de fluir en cada momento. Si esto lo aplicamos a la vida observaremos que no hace falta poner tanta energía en conseguir lo que deseamos porque las cosas que han de llegar lo hacen de manera fácil y sencilla, cuando tienen que venir, como si todo estuviera orquestado de antemano.
Es esta confianza en el devenir, en el fluir del tiempo, lo que nos permite estar tranquilas, sin preocupación, confiadas en todo lo que venga. En saber que no hace falta estar remando como una desesperada, sino que llegaremos igualmente, cuando tenga que ser.
Foto de Kazuend en Unsplash