A mí me ha ocurrido que ante un hecho incomprensible he querido saber más. He querido entender cómo se ha producido o qué puede pasar de ahí en adelante. Y he aprendido mucho haciendo preguntas a mi inconsciente. He entendido que si queremos saber algo solo tenemos que preguntar, pero hacer bien las preguntas no es nada fácil.

Primero tenemos que cuestionarnos qué es lo que queremos saber realmente. De una situación podemos conocer la causa que originó, quienes intervienen y cómo está evolucionando por ejemplo. Y es cierto que a veces no podemos saberlo todo, pero sí descubrir algunos aspectos que son útiles para poder ubicarnos en las circunstancias que estamos viviendo.

Otro aspecto importante a la hora de preguntar es la intención que ponemos. ¿Para qué queremos saber más? ¿Qué queremos hacer con esa información? Poner el corazón en la pregunta, entender para comprender, empatizar o mejorarnos ayudará a que nos llegue la respuesta puesto que estamos abiertos a verdades incómodas.

Si acertamos a preguntar la información que realmente necesitamos y ponemos la intención, nos llegará la respuesta en algún momento dado a través de: otras personas, sueños, noticias, documentos, libros, películas, cartas, etc.

Esto es lo que yo he experimentado.

 

Fotografía Ana Municio: @lmnx_photo