El privilegio es aprender a conocernos de nuevo. Volver a saber quiénes somos realmente, descubrir cómo hemos aprendido a sobrevivir, cuáles son las capas que nos ha puesto nuestra experiencia de vida, cuáles son nuestros “debo” “tengo que” que chirrían con lo que realmente necesitamos y que no nos permite fluir con el aquí y el ahora. Cuáles son los “filtros” con que nos han mirado nuestros padres y madres de pequeños, profesores, hermanos mayores, referentes y que han formado la imagen de lo que creemos ser. Descubrir quienes somos realmente es sacarnos muchas capas de encima, es quitarnos mucho peso, es salir desnudo de un proceso de conocimiento personal. El regalo es poder mirar nuestra vida, las personas con las que nos rodeamos, las decisiones que tomamos y decir “sí, realmente me reconozco en todo ello”