Es posible que a veces os resulte difícil conectar con vuestr@ hij@. A mí me ha pasado. Como madres sabemos que nuestros hij@s no están bien porque los vemos distraíd@s, enfadad@s y huyendo de casa la mayor parte de los días. Y cuando los vemos así es cuando sabemos que está ocurriendo algo, que hay una situación que les está costando digerir o traspasar. Frecuentemente cuando son adolescentes prefieren mantener las distancias con sus padres, quieren aprender a gestionarse por si mismos, mientras a nosotros nos preocupa no poder llegar a ell@s para entender qué les está ocurriendo, saber por qué están tan encerrados cuando sabemos que están experimentando un momento duro
Lo que he aprendido con mis hijas es que cuando hablamos desde el corazón, explicándoles cómo nos sentimos, qué nos duele o preocupa, podemos crear un puente para llegar hasta ell@s . El corazón busca sinceridad y para que ésta se pueda dar tenemos que hablar desde nuestro interior. También he descubierto que es importante crear el espacio y el tiempo adecuados, es decir, tenemos que crear las condiciones para poder confiar mutuamente, donde poder relajarnos y abrir un poco la coraza del pecho, sabiendo que no va a haber recriminaciones ni juicio, solo escucha. El espacio tiene que ver con permitir, dar amplitud, posibilitar a que las cosas se expliquen cómo se viven y el tiempo es respetar el ritmo que necesita cada persona para expresarse, para elaborar y contar. El espacio y el tiempo son necesarios para conseguir la profundidad, ya sea en comunicación, en creatividad, en una relación… Espacio, tiempo y profundidad son las tres bases para el desarrollo de los vínculos.