Nuestro modo de estar se ve marcado constantemente por un tira y afloja entre la disciplina, el esfuerzo y la pereza y relajación. En la Terapia Gestalt hay una manera de explicar la tensión que se produce durante la negociación de las dos fuerzas y lo hace a través del “perro de arriba y el perro de abajo”. “El perro de arriba” representa a nuestro “yo” más rígido, ordenado y constante y “el perro de abajo” nuestra parte más indolente y juguetona. Para mantener una relación sin excesivos conflictos, la relación entre los dos debe ser fluida, basado en un equilibrio constante, en el que uno de los dos no domine sobre el otro, sino que se vayan alternando y complementando.
Este juego de opuestos, de polaridades o ying y yang, tal como lo plantean otras culturas, es el fluir de nuestro existir. Somos lo uno y lo otro, lo blanco y lo negro, lo bueno y lo malo, todo junto, en constante negociación y movimiento.