Cuando nos enamoramos montamos un castillo en el aire lleno de historias que solo existen en nuestra mente: historias románticas, dramas, deseos inconfesables…
Estas historias pueden llegar a jugarte una mala pasada ya que puedes quedarte apegad@ a algo que no existe, a un ideal. Esto es lo que ocurre al principio del enamoramiento, que nos quedamos hipnotizados por una pareja imaginaria que va a colmar todas nuestras expectativas. Sin embargo, si insistes en que tu pareja encaje en un patrón puedes acabar muy decepcionad@ puesto que hay demandas que el otro nunca llegará a cumplir.
Si has tenido varias parejas pero acabas sol@ con un sentido de frustración puede que te esté pasando esto. Si estamos muy apegados a nuestros sueños podemos estar constantemente viendo lo que el otro no hace, qué requisitos no cumple, en qué no nos llena.
Observar qué es lo que realmente queremos, ver al otro realmente y considerar qué es lo que se puede construir realmente en la relación es algo que puedes realizar en terapia. Es un trabajo que implica poner tu castillo en el suelo y ya que solo los castillos que están en tierra son habitables vale la pena encontrar una historia real que vivir. ¿No te parece?